Saturday, August 16, 2008

Llueve, pero siempre escampa...

Del libro Manantiales en el Desierto,

Agosto 13 2008
“Si las nubes se recargan de agua, derramaran lluvia sobre la tierra” (Ecl. 11:3)

…Cierto es que por un tiempo las oscuras nubes ocultan el sol, pero el sol no se extingue, y pronto volverá a brillar.

Nuestros problemas siempre nos han producido bendiciones, y siempre será así, por que ellos son los oscuros carruajes de la viva y gloriosa gracia de Dios. Antes de que pase mucho tiempo las nubes se vaciaran, y todas las plantas necesitadas se sentirán mas felices debido a la lluvia. Por lo tanto no nos preocupemos por las nubes. En cambio cantemos, por que las flores primaverales nos llegan tras las nubes y las lluvias.

Lo que parece oscuro a tu borrosa vista
podría ser una sombra, y mien mirada
puede hacer que el brillo sea doblemente brillante.

El rayo que hirió tu árbol –donde ya no puedes
refugiarte- permite que el piso azul del cielo
brille como nunca antes brillo.

El gemido arrancado al dolor de tu espíritu
puede hacerse eco en algún lugar distante,
y servir para guiar a un extraviado a su hogar.

El cielo azul de la casa celestial de Dios es mas grande que las nubes tan oscuras.

Desde hace muchos años Manantiales en el Desierto es uno de los libros en mi mesa de noche. Cada vez que lo leo, veo pedazitos de mi vida en cada lectura, sin embargo ese día no pude sino pensar en las distintas situaciones que atravesamos los seres humanos, y como tenemos la tendencia al ver la nubes cargadas a
pensar solamente en el aguacero que posiblemente llegará, y no en que así como llega, tambien pasa.